lunes, 6 de junio de 2011

Las rutinas de los niños IV. Retirada del pañal.

La retirada del pañal. Gran tema para el que me gustaría tener la solución definitiva... si la tuviera habría escrito un libro, la editoriales se hubieran pegado por el, me habría forrado y este dejaría de ser un gran tema.
No tengo la solución, cada niño es un mundo, pero voy a explicar como lo hicimos en casa con Dulçura.

El control de esfínteres se aprende a lo largo de los primeros años de vida, y mientras el cuerpo no haya madurado a nivel orgánico pienso que lo mejor es llevar pañal. Antes de retirar el pañal preguntábamos a la niña si tenía el pañal sucio, y al cambiarla le decíamos como estaba el pañal. Si nos dábamos cuenta que estaba haciendo caca también se lo decíamos, de modo que poco a poco fuera consciente de su cuerpo.
Una vez que la peque estuvo preparada, o al menos eso pensamos, empezamos con el hábito de ir al baño, como algo agradable y divertido. Cuando nosotros ibámos venía con nosotros, le explicábamos lo que hacíamos.
Presentación del orinal. Este aparato llegó a casa un día, sin previo aviso, y su llegada nos encantó. Se lo enseñamos a la niña y le explicamos lo que era, para qué servía. Era su water, como el de los mayores pero a su altura. 
El orinal llego con un cargamento de cuentos que colocamos en el baño, para entretenernos en las largas horas que estuviéramos sentados. 
Al principio nos sentábamos un ratito por la mañana y otro por la tarde, y por supuesto, cada vez que ella quería, bien por mirar cuentos, bien por enseñar a alguien su nuevo juguete...
Por fin llegó el día en que al levantarse del orinal había premio: fiesta, aplausos, mimos, besos y comunicación a toda la familia que también felicitó a la peque. Nos faltó publicarlo en Hola, pero aun no cantábamos victoria. 
Cada vez teníamos premio con mayor frecuencia, y el pañal solía estar limpio a menudo.
Decidimos que era el momento de retirar el pañal, armarnos de paciencia, detergente y ropas de cambio. Le explicamos a la niña que ya era mayor, que el pañal era para los pequeños y que ella tenía un fantástico orinal, por lo que no necesitaba llevarlo. Imagino que acertamos con el momento,    porque la primera semana solo tuvimos dos escapes de pis. Cambio de ropa rápido, mimo, no pasa nada, no tiene importancia y no volverá a pasar.

Al ver que por las mañanas el pañal también estaba seco una semana después empezamos a retirarlo por la noche. Protector de colchón, pijama limpio preparado por si acaso y a rezar. Antes de ir a dormir visita al baño, y nada más despertar corriendo de nuevo. Nunca se hizo pis por la noche, así que la operación fue un éxito. ¿Por qué? Porque fuimos constantes y estuvimos muy pendientes, porque festejamos cada logro y porque era el momento. Los niños aprenden las cosas cuando están preparados para ello.

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